domingo, 23 de mayo de 2010

El principio de un elevador espacial

El concepto clave del Elevador Espacial surgió en 1895, cuando el científico ruso Konstantin Tsiolkovsky se inspiró en la Torre Eiffel de París para considerar una torre que llegara a alcanzar el espacio, construida desde el suelo hasta una altura de 35,790 kilómetros sobre el nivel del mar, que es precisamente la distancia de la órbita geoestacionaria.

Anotó que en la cima del largo eje estructural habría un "castillo celestial", orbitando a la Tierra mientras permanecía sobre el mismo punto de su superficie, es decir, en una órbita geoestacionaria.

La torre podría ser capaz de lanzar objetos a la órbita sin la necesidad de un cohete. Como el elevador obtendría velocidad orbital mientras se desplazara por el cable hacia arriba, un objeto soltado en la punta de la torre también tendría la velocidad orbital necesaria para permanecer en órbita geoestacionaria.

La idea de Tsiolkovsky para su torre era una estructura de compresión, a diferencia de conceptos más recientes para elevadores espaciales, que consideran una estructura de tensión con el uso de un cable.

En 1959, otro científico ruso, Yuri Artsutanov, sugirió una propuesta más factible:

Señaló que era teóricamente posible tender un cable entre la Tierra y un satélite suspendido sobre el mismo lugar en el Ecuador, que es precisamente lo que hacen los satélites cuando son colocados en la órbita geoestacionaria, el “hogar” de la mayoría de los satélites de comunicaciones.Usando un contrapeso, el cable podría ser bajado desde la órbita geoestacionaria hasta la superficie terrestre, mientras que el contrapeso sería extendido desde el satélite en sentido contrario, es decir, alejándose del planeta, manteniendo así el centro de gravedad del cable inmóvil con respecto a la Tierra.

Las cargas serían subidas a la órbita geoestacionaria usando únicamente energía eléctrica. Con esto, se evitarían los peligros, ruidos y amenazas ambientales que implica el uso de cohetes, permitiendo además asombrosas reducciones en los costos de las misiones espaciales, ya que la electricidad es barata. La teoría es impecable, pero se necesita un material con suficiente fuerza, tensión y resistencia para colgar de semejante altura hasta el Ecuador y, además, soportar el izado de pesadas cargas.

Es un artículo mucho más extenso por si alguien lo quiere terminar de leer; lo he obtenido de:http://www.elfonografo.com.mx/grc/redam.nsf/vwALL/XPAO-7NFLVK




3 comentarios:

Javier Train dijo...

Parece de ciencia ficción y da al principio como risa, pero como dice Arthur C. Clarke cuando le preguntan en el artículo que propones para ampliar la información: “Será construido aproximadamente 50 años después de que todo mundo deje de reírse de la idea”

Y ya hace unos años que la idea se toma en serio...

Un saludo y gracias por la información

Laura dijo...

Javier, ¿en serio que se quiere llevar este proyecto a cabo? Es que como bien dices: suena a ciencia ficción.

Javier Train dijo...

Bueno, de momento es una posibilidad teórica e interesante.

Los tiempos económicos no están para lanzarse a proyectos tan "futuribles" y poco rentables (de momento), pero todo se andará.