La leucemia es una enfermedad maligna que afecta a al medula ósea .Esta enfermedad consiste principalmente en el aumento anormal de los glóbulos blancos y en algunas ocasiones llega a ser tan fuerte que la sangre llega a aparentar un color blanquecino.
El aumento de estos glóbulos blancos produce dos efectos graves
1ºEl hecho de que los glóbulos no lleguen a madurar produce que no se realicen bien su función de defensores del organismo
2ºAl salir antes de la medula ósea los glóbulos blancos viven mas tiempo por lo que esto produce que la medula tenga problemas para crear los glóbulos rojos y las plaquetas los cuales disminuyen en cantidad.
El aumento de glóbulos blancos también provoca deterioros en las funciones de la medula ósea así como una variación de los componentes de la sangre llegando a casos en enfermedades avanzadas a presentar un color blanquecino de la sangre
Síntomas
Los principales síntomas de la leucemia son :
- cansancio
- palidez
- perdida del apetito
- fiebre intermitente
- dolor de huesos y musculatura
- hematomas sin recibir golpes
- hemorragias: la reducción del numero de plaquetas provocan hemorragias y hematomas y manchas en la piel a consecuencia de una hemorragia causada por un pequeño golpe. Una de la hemorragias mas graves son las que se presentan en el cerebro que puede llegar a ocurrir si el numero de plaquetas es muy bajo
A medida que avanza la enfermedad también aparece anemia.
Tipos De Leucemia
- Leucemia aguda
- Leucemia linfática crónica
- Leucemia mieloide
El tratamiento de la leucemia depende de el tipo de leucemia y el grado avanzado de la enfermedad en cada persona.
Antes de realizar cualquier tipo de tratamiento los médicos primero deben hacer pruebas a los pacientes para saber a que tipo de leucemia se enfrentan y como afecta el tratamiento a cada persona también toman muy en cuenta la situación en la que se encuentra cada paciente dado que nos podemos encontrar con diferentes casos como mujeres embarazadas en los primeros meses del feto y también en un estado muy avanzado de gestación y así se sabe que reacciones puede tener en cada uno de los casos.
El tratamiento de la leucemia, sea cual sea, busca la eliminación del máximo número de glóbulos blancos ( llamados blastos ) que sea posible hasta que sea suficientemente bajo como para considerar que la enfermedad se ha detenido esto no quiere decir que este curado simplemente que esta en una situación estable . A esta situación se la llama remisión.
Lo más común en esta enfermedad es el uso de quimioterapia. Se trata de la administración de diversos medicamentos especiales destinados a destruir las células leucémicas cuyo efecto combinado, puede llevar a la remisión de la enfermedad.
Al tratarse de drogas químicas, siempre pueden producir efectos secundarios, que en determinados enfermos y situaciones pueden llegar a ser muy graves. Hay que tener en cuenta que la quimioterapia no distingue células sanas de células malignas por lo que elimina ambas por igual.
Por ello se hacen análisis de sangre regulares para controlar la calidad de la sangre, es decir, que el número de glóbulos blancos, rojos y plaquetas sea justo lo adecuado para el buen funcionamiento. En caso de no serlo se administran desde el exterior se administras glóbulos rojos plaquetas o glóbulos blancos a través de transfusiones de sangre y plaquetas.
Este tratamiento tiene tres fases: la de inducción a la remisión, la de consolidación y la de mantenimiento.
En la fase de inducción a la remisión, cuya duración es de cuatro a cinco semanas, se intenta destruir la mayor cantidad de células malignas. Cuando ocurre la remisión, es decir el control temporal de la afección, se nota un estado de normalidad en la persona, ya que los síntomas de la leucemia desaparecen. En ciertas ocasiones la remisión es apenas parcial, por esta razón algunos síntomas no desaparecen del todo. Sólo un pequeño porcentaje de los pacientes no logra entrar en remisión. La fase de consolidación dura de dos a tres semanas, mientras que la de mantenimiento debe llevarse a cabo hasta completar tres años de tratamiento.
En muchos casos, al conseguir la remisión total de la enfermedad, para asegurar su control total se administra una quimioterapia final que intenta limpiar totalmente la médula y posteriormente se realiza un transplante de médula. Éste transplante puede ser realizado de un donante sano (transplante exógeno) ó bien del mismo enfermo (transplante endógeno).
Para el transplante exógeno se busca un donante, en primer lugar, de su propia familia (hermanos, padres, hijos) y en caso de no encontrar a nadie compatible se acude a los bancos de donantes controlados llevados a cabo por estamentos médicos o privados.
Para el transplante endógeno se extrae una médula sana del enfermo que, sobre todo los enfermos de diversos tipos de leucemia crónica aún la producen, y se trata químicamente en laboratorio para eliminar cualquier blasto que pueda encontrarse. Después tras un cultivo también en laboratorio, se vuelve a implantar (tras la última quimioterapia antes mencionada) esperando que se produzca de este modo la curación de forma más permanente.
Este transplante endógeno tiene una ventaja sobre el otro: el exógeno, que no existe prácticamente riesgo de rechazo, ya que la médula implantada es la del propio enfermo. Una vez conseguida la remisión total, aún deberán hacerse revisiones regulares durante los siguientes años para controlar que la enfermedad no reaparece.
La Leucemia es una enfermedad que afecta a mucha gente pero hoy en día es posibible superarla y llevar una vida normal
1 comentario:
Una buena información la que recoges sobre la leucemia. Lástima que la presentación (los huecos que hay en el artículo) desluzcan el contenido
Un saludo
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