La mayor parte de las enfermedades de los seres humanos que tienen una causa conocida están producidas por agentes vivos, son las llamadas infecciones.
Hoy en día las infecciones son prevenidas y curadas con rapidez y eficacia, a pesar de lo cual las enfermedades infecciosas siguen siendo de lo más frecuentes. No obstante, en la mayoría de los casos la vida del enfermo ya no corre peligro de muerte como ocurría en las épocas anteriores al descubrimiento de medicamentos antibióticos y quimioterápicos.
Desde épocas pasadas, el hombre ha intentado buscar la causa de las infecciones; así por ejemplo los hebreos creían que las epidemias eran castigos enviados por Dios a su pueblo.
Hace poco más de un siglo, en 1854, John Snow demostró en Londres que el agua contaminada con heces era la responsable de la epidemia de cólera que en aquel momento arrasaba la ciudad.
Han hecho faltaduchos siglos y el trabajo de grandes científicos como Pasteur o Koch para que el hombre comprobara que la causa de las infecciones radica en la presencia de ciertos microorganismos a los que denomino microbios. Estos están ampliamente distribuidos por la naturaleza par invadir en cualquier momento el organismo humano. Por tanto, desde el momento de su nacimiento el hombre vive rodeado de estos microorganismos y contribuye al aumento de los mismos con el proceso de putrefacción que sigue a su muerte.
Bacterias, virus, hongos, protozoos, etc constituyen algunos de los microbios más frecuentes y mejor conocidos. Los atributos del microorganismo para producir la infección son:
-Patogeneicidad (capacidad del microorganismo para producir enfermedad).
-Virulencia (capacidad de inducir enfermedades aunque se introduzca en pequeñas cantidades).
-Toxigenicidad (capacidad para producir sustancias tóxicas).
-Invasividad (capacidad para penetrar en los tejidos, multiplicarse en ellos y expandirse).
La infección es un proceso por el cual un germen denominado parásito, entra en relación con un organismo al que se le denomina huésped. Este proceso puede dividirse en dos partes:
1º) En primer lugar se produce la entrada del parásito en el huésped. Esta entrada puede realizase a través de vías respiratorias, sangre (por inyecciones y por heridas), genitales (enfermedades venéreas) y piel (por absorción, por mordeduras y picaduras).
2º) En segundo lugar se produce el establecimiento y la multiplicación del parásito en el huésped. En la puerta de entrada el germen puede diseminarse directamente por contigüidad a otros tejidos vecinos o bien propagarse a distancia transportado por la sangre o los vasos linfáticos. Llega a un punto en que las condiciones son favorables para su multiplicación y las defensas del huésped no son eficaces, o bien no son suficientes, se producirá la infección. Para hablar de infección, vemos por tanto que además de la existencia de un microbio, es decir de un microorganismo capaz de producir enfermedad, es necesario que exista un organismo sin defensas o con defensas insuficientes para eliminarlo. Podría decirse que solo cuando el cuerpo pierde la batalla del germen se producen las infecciones.
El cuerpo humano dispone de una serie de elementos (defensas) que le permiten defenderse de las infecciones. Estos diversos factores que protegen de la infección pueden dividirse en:
Mecanismos de resistencia: inespecífica
- la piel y las mucosas constituyen barreras en la puerta de entrada. La piel intacta que representa una doble barrera, por un lado física al impedir el paso de casi todos los microorganismos, por otro lado, química la que las secreciones de las glándulas sebáceas y el sudor poseen propiedades antimicrobianas capaces de eliminar los gérmenes, por ejemplo la mucosa del aparato respiratorio y sus células productoras de moco, y la mucosa del aparato digestivo y sus células productoras de ácidos impiden la supervivencia de casi todas las bacterias.
- la fagocitosis, ejercida por leucocitos (glóbulos blancos) de la sangre, consiste en la captación de los microorganismos y su distribución. Ayuda así a combatir la infección.
- la respuesta inflamatoria representa una forma de luchar contra la infección, limitándola.
- la fiebre es el síntoma más característico de las infecciones y su naturaleza es discutida.
Mecanismos de resistencia específica: respuesta inmune
El conjunto de mecanismos de resistencia específica a la infección constituyen la respuesta inmune. Estos mecanismos no sólo constituyen a la recuperación de la enfermedad, sino que además protegen de la reinfección.
Los protagonistas de la respuesta inmune son los linfocitos, ya que la respuesta inmunitaria de los ambos tipos depende de la existencia de tejido linfoide en cuyo interior y constante circulación se encuentran los linfocitos.
Ante todo el organismo dispone de sus propios medios para luchar contra la infección, bien eliminando el germen cuando penetra o bien erradicandolo una vez que ya se ha producido su colonización y diseminación. Estos medios a los que nos referimos constituyen el sistema inmunitario y representa verdaderos sistemas de defensa. De todos es conocido que es mejor prevenir que curar, por ello y a pesar de lo efectivo y complejo del sistema inmunitario del hombre, existe una serie de técnicas o procedimientos que tienen como finalidad evitar que produzca la infección impidiendo el crecimiento de los gérmenes.
Métodos preventivos:
- la asepsia es un procedimiento de lucha antimicrobiana que suprime la presencia de gérmenes en superficie y en profundidad. Se consigue mediante el proceso de esterilización.
-la antisepsia es también un proceso de lucha contra los microbios que actúa por destrucción de la causa infectocontagiosa mediante los llamados desinfectantes. La desinfección elimina los microorganismos productores de enfermedades transmisibles mientras que la esterilización destruye todas las formas de vida, sean o no causantes de enfermedad.
domingo, 25 de enero de 2009
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1 comentario:
Hola Gabriela, las infecciones y los mecanismos de defensa es una historia sin fin que ahora, con las terapias y los medicamentos, empezamos a inclinar a nuestro favor
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