Hay más aplicaciones, calificadas todavía de ideales, pero que pronto irrumpirán en la vida diaria; por ejemplo, los tejidos de fibra con memoria que son capaces de proceder a un autoplanchado tras pasarles por encima un secador de pelo; unos neumáticos para terreno seco que se convierten en antideslizantes cuando cambia el escenario a un suelo de hielo, o distintos tipos de suspensión en los automóviles que se adaptan a la velocidad y al terreno.
Además de los materiales inteligentes se han estudiado los llamados en general nuevos materiales. En Madrid, un usuario del metro estrena un nuevo y reluciente convoy. Toca las paredes interiores y dice: "Ni metal ni madera, parece plástico; lo hacen para ahorrar. Si chocamos, nos la daremos doblemente".
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Fuente de información: http://elpais.com/diario/1993/07/19/sociedad/743032810_850215.html
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